ASOCIACIONES- ‘KOMANDO G’- Vestir Estella de arte

ASOCIACIONES- ‘KOMANDO G’- Vestir Estella de arte

Diez mujeres forman un grupo que se reúne semanalmente para tejer. Como auténticas ‘grafiteras del ganchillo’, su labor ha trascendido a espacios públicos de la ciudad; el más vistoso, en el paseo de Los Llanos

Sus primeras apariciones públicas fueron misteriosas. Pequeños gestos como una bufanda lila que abrigaba la escultura de Henri Lenaerts en la trasera del ayuntamiento estellés con motivo del Día de la Mujer. Poco o nada se sabía entonces de la autoría de este detalle artístico hasta que, este verano, los troncos de los árboles que dan sombra en Los Llanos al bar La Hormiga amanecieron arropados y vibrantes de color.

Detrás de este arte urbano, ‘urban knitting’, como se denomina a un movimiento reciente con presencia ya en diferentes ciudades españolas y del mundo, se esconden las manos de las tejedoras del ‘Komando G’. Se trata de un grupo de mujeres de diferentes edades que comparten una afición caracterizada por la creatividad y el trabajo manual: el ganchillo.

Como muchos otros colectivos de esta naturaleza, ‘Komando G’ da entidad propia y trascendencia a una actividad tradicionalmente ligada al hogar, casi siempre de puertas para adentro, cuando las mujeres se juntaban a coser, a tejer y a conversar unidas por las agujas y la lana.

Con esta filosofía, pero reivindicando la actividad ahora de puertas para afuera, varias mujeres de Estella se reúnen todos los viernes en el Centro de Jubilados Ega para compartir conocimientos e ideas. Además de realizar sus propios trabajos, como complementos de moda o de decoración, sacan a la calle su obra de mayor formato con cierta reivindicación social en fechas señaladas. Es el caso del Día de la Mujer o el Día de los Derechos de la Infancia.

Algunas de las participantes dan su nombre, otras prefieren seguir alimentando con su anonimato cierto misterio. Agrutzane Aramendi, Gema San Martín Luis, Mª Eugenia Corera Gaviria, Inés Ros Oria y Sol Álvarez Uribe son algunas “guerrilleras” del ‘Komando G’ o ‘Komando Ganchillo’.

San Martín recuerda los inicios, las primeras reuniones hace cuatro años, antes de que el grupo creciera hasta las diez mujeres que lo integran hoy. “Agurtzane, una tercera persona y yo nos juntamos al principio en una cafetería para tejer con luz natural y poco a poco fue creciendo el número con el boca a boca y al empezar a hacer cosas más visibles. La mayoría somos madres que nos conocíamos del colegio Remontival”, cuenta.

El grupo está abierto a la participación de quien lo desee, no importa la edad, ni el género. “En realidad somos como un grupo de amigas con una actividad en común. Nos lo pasamos muy bien cuando nos juntamos para tejer y cuando salimos a hacer cosas en la calle con cierto secretismo”, apunta otra compañera, Mª Eugenia Corera. “La gente reacciona muy bien cuando ve nuestro trabajo. Y es muy gratificante. La última vez, en el parque infantil, un hombre nos felicitó por hacer cosas bonitas”, añade San Martín.

Con su actividad, el ‘Komando G’ defiende determinados valores y beneficios. Como colectivo se refieren a la satisfacción de realizar cosas con las manos en unos tiempos en que todo se puede comprar barato y ­desechar rápido; a la gratificación personal de poner alma a las cosas; al hecho de contribuir socialmente a compartir saberes con un enfoque que llega a ser comunitario, social y participativo, sobre todo cuando sacan su trabajo a la calle.

ASÍ ES

ORIGEN. ‘Komando G’ no está constituida como asociación. De momento es un grupo de mujeres que se reúne a tejer desde hace cuatro años.

NÚMERO DE INTEGRANTES. Actualmente, diez, con edades variadas, desde los 30 hasta los 70 años.

REUNIÓN. Los viernes, a las 15 h en el Centro de Jubilados Ega.

CONTACTO. Es un grupo abierto a nuevas incorporaciones. Información y contacto a través de su página de Facebook, ‘Ganchilleando Estella’.

EL ORIGEN DEL MOVIMIENTO URBANO

El movimiento artístico denominado ‘Urban Knitting’ nació en 2005 en Houston (Texas) de la mano de Magda Sayeg, ‘Knitta’, quien decidió tejer el tirador de la puerta de su tienda de lanas con colores rosas y lilas. La sensación que causó dicha decoración le animó a realizar otras labores con las que tejer la ciudad. Uno de los trabajos más significativos lo realizó en México D.F., conde cubrió de croché un autobús urbano. También ha hecho exposiciones en diferentes lugares del mundo. Desde entonces, el movimiento ha ido creciendo y ganando adictos, con colectivos presentes en países de todo el mundo.

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