ARANARACHE. Al abrigo de Urbasa

“El Gobierno de Navarra ha aprobado la rehabilitación de la travesía de Aranarache para 2012“

Aunque la población de Aranarache ha ido descendiendo en las últimas décadas, en los últimos años lo hace de manera más lenta y varios son los vecinos que han decidido quedarse a vivir en la localidad. Explica el presidente de Concejo, Jesús Landa Peñas, que en los últimos cuatro años se han establecido dos parejas jóvenes. “En cuanto a niños, tenemos tres vecinos menores de 18 años, a los que se suman dos niños pequeños nacidos a lo largo de 2009”, apunta.
 
La rehabilitación de viviendas es bastante habitual en una localidad con varias casas solariegas salpicadas por su núcleo urbano. La piedra y la madera se integran en el entorno de montaña. “La gente está bastante sensibilizada  y las casas nuevas que se han hecho son de piedra y madera, de la misma manera que muchos propietarios han sacado y lucido la piedra de sus fachadas. Los muros de las huertas también están bastante cuidados”, añade el representante concejil.

Aranarache acoge la actividad económica de una carpintería, dos queserías, una casa rural con spa y un taller mecánico se encuentra en proceso de creación. Asimismo, dos familias se dedican en la población a la agricultura y ganadería, otras dos a la ganadería y una quinta únicamente a labores agrícolas. En Aranarache tiene presencia la ganadera ovino, bovina, equina y porcina.

Los vecinos de la localidad reciben la visita de varios vendedores ambulantes, pero el núcleo más próximo con servicios es Eulate. En Eulate está el consultorio médico y hay también un supermercado. Estella dista a 27 kilómetros y cubre el resto de necesidades.

Transporte
Para facilitar el traslado de los vecinos entre los distintos puntos de Améscoa y comunicarlos con Estella, el Ayuntamiento del valle está trabajando con el Gobierno de Navarra la posibilidad de poner un servicio de taxi que recoja a los vecinos mediante cita previa. “En principio sería para desplazamientos dentro del valle y también a Estella una o dos veces por semana, los jueves de mercado seguro. Facilitaría muchísimo las comunicaciones sobre todo para la gente mayor y para quienes no tienen coche”, destaca Jesús Landa.

Durante la presente legislatura el Concejo ha trabajado en diversos temas. Se ha arreglado el camino del monte, rehabilitado la ermita de San Lorenzo y el frontón. La pavimentación es el caballo de batalla de la localidad desde hace años. Ahora, gracias al plan E de Zapatero y al departamento de Infraestructuras Locales se ha hecho la recogida de pluviales y se han pavimentado tres calles. Para 2010 se ha aprobado otra zona de pavimentación y alguna calle más se espera que se acepte por trámite de urgencia.

El importe del segundo Plan E se invertirá también en calles y recogida de pluviales. “De esta manera tendremos el 80 por cierto de las calles hechas, a falta tan sólo de un veinte por ciento. La pavimentación era muy necesaria desde que en 1997 se hicieron las redes pero no se nos dio subvención para pavimentar. Es muy importante, teniendo en cuenta la edad media de los vecinos”.

De enhorabuena está Aranarache en cuestión de obras públicas con la aprobación de la realización de la travesía para 2012. Estará financiada al 70% por Administración Local, un 15% a cargo del Plan Director de Carreteras y el otro 15% restante a cargo del Concejo.
Las mejoras contribuyen a la calidad de vida de los vecinos en una localidad que destaca por su tranquilidad y que cambia considerablemente de invierno a verano. “En verano hay más gente, aunque no llega a crecer tanto como otras poblaciones, como por ejemplo San Martín. Pero la gente sale a la calle y hay mucha más vida que en invierno. En invierno, los estudiantes están fuera, los trabajadores apenas paran en el pueblo y el frío y la nieve disuade de salir a la calle más de lo imprescindible”.
La nieve forma parte del paisaje de Améscoa, un fenómeno al que sus vecinos están más que acostumbrados. Seis días después de la fuerte nevada que cubrió de blanco Tierra Estella, Aranarache aún lucía blanco. Sesenta fueron los centímetros de nieve que cubrieron sus calles y sus campos.  •